
Nuestra historia...
Soy Adrián y junto con mi esposa,
Montse, dimos vida a Casa Celia.
La idea nació cuando vivíamos en Barcelona, ciudad en la que me quedé casi 20 años estudiando y trabajando en gastronomía. Ahí aprendí la cocina tradicional española y catalana, esa que respeta el producto, la técnica y la mesa compartida.
Después de dos décadas decidimos volver a Oaxaca, mi tierra natal, para abrir un restaurante que recogiera todo lo aprendido en España, pero con el calor de casa.

El nombre lo elegimos en honor a mi abuela Celia, oaxaqueña, que representa para mí el valor de las abuelas: el cariño, la memoria y ese poderde reunir a toda la familia alrededorde una mesa.

Aunque nuestra cocina es 100%
española, queríamos rescatar esa sensación de cobijo, tradición y pertenencia que
ellas transmiten.
Casa Celia también es un homenaje a
las mujeres y a ese arte tan nuestro de la sobremesa: quedarnos después de
comer para conversar, reír y alargar
los momentos.
Yo soy el corazón de Casa Celia, desde la cocina, y Montse es el pulmón: ella le da vida y aire a todo lo que sucede alrededor. Juntos queremos que, al entrar en Casa Celia, sientas lo mismo que sentimos en nuestra mesa familiar: que estás en casa.